viernes, 29 de marzo de 2013

SÁBADO SANTO....

SÁBADO SANTO POR LA MAÑANA

El Sábado Santo no es una jornada triste. El Señor ha vencido al demonio y al pecado, y dentro de pocas horas vencerá también a la muerte con su gloriosa Resurrección. Nos ha reconciliado con el Padre celestial: ¡ya somos hijos de Dios! Es necesario que hagamos propósitos de agradecimiento, que tengamos la seguridad de que superaremos todos los obstáculos, sean del tipo que sean, si nos mantenemos bien unidos a Jesús por la oración y los sacramentos.

Se comprende que pusiesen el cuerpo muerto del Hijo en brazos de la Madre, antes de darle sepultura. María era la única criatura capaz de decirle que entiende perfectamente su Amor por los hombres, pues no ha sido Ella causa de esos dolores. La Virgen Purísima habla por nosotros; pero habla para hacernos reaccionar, para que experimentemos su dolor, hecho una sola cosa con el dolor de Cristo.

Acudamos a Santa María: Virgen de la Soledad, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a comprender que es preciso hacer vida nuestra la vida y la muerte de Cristo. Morir por la mortificación y la penitencia, para que Cristo viva en nosotros por el Amor. Dar la vida por los demás. Sólo así se vive la vida de Jesucristo y nos hacemos una sola cosa con Él.

jueves, 28 de marzo de 2013

Jesús es amor!!!


JUEVES SANTO


En la Última Cena, Jesús bendijo el pan y dijo:

"Esto es mi Cuerpo" y se quedó en él.
Ese Pan, que se da en la Misa, parece pan, pero es Él:
su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad, y se llama "Eucaristía".

Significado de la celebración
El Jueves Santo se celebra: 
la Última Cena, 
el Lavatorio de los pies, 
la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio 
la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.


En la mañana de este día, en todas las catedrales de cada diócesis, el obispo reúne a los sacerdotes en torno al altar y, en una Misa solemne, se consagran los Santos Óleos que se usan en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos.

En la Misa vespertina, antes del ofertorio, el sacerdote celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los pies de doce varones, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena.




martes, 26 de marzo de 2013

Martes Santo

En este Martes Santo, el Papa Francisco nos recuerda la necesidad de recibir el perdón de Dios. Preparemos nuestro corazón para celebrar el Triduo Pascual con el sacramento de la Confesión.


sábado, 23 de marzo de 2013

EL DOMINGO DE RAMOS


El Domingo de Ramos
abre solemnemente la Semana Santa
El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.
En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada.
Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los olivos para recalar en la capilla de Betfagé, que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. .
Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.
San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto".
Palabras con una extraña evocación de las mismas que anunciaron el nacimiento del Señor en Belén a los más humildes. Jerusalén, desde el siglo IV, en el esplendor de su vida litúrgica celebraba este momento con una procesión multitudinaria. Y la cosa gustó tanto a los peregrinos que occidente dejó plasmada en esta procesión de ramos una de las más bellas celebraciones de la Semana Santa.
Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos.
Sin embargo, son las últimas palabras de Jesús en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo.
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Este es el evangelio, esta la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús.
Era el anuncio del amor de un Dios que baja con nosotros hasta el abismo de lo que no tiene sentido, del pecado y de la muerte, del absurdo grito de Jesús en su abandono y en su confianza extrema. Era un anuncio al mundo pagano tanto más realista cuanto con él se podía medir la fuerza de la Resurrección.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.

Fuente: http://www.aciprensa.com/Semanasanta/ramos.htm

lunes, 18 de marzo de 2013

Francisco, el Papa de los confines...

                                                                                                                                                      Por Eduardo Casas
Que Francisco I sea el primer Papa latinoamericano y argentino después de dos milenios de cristianismo es una gracia histórica que marca la providencia de un tiempo esperanzador y profético para la Iglesia en su diálogo con el mundo. El componente latinoamericano y argentino es mucho más que una variable geográfico-cultural en el nuevo pontificado. Es una perspectiva teológico-pastoral que se asume universalmente en la práctica concreta del ministerio de Pedro. La incidencia latinoamericana y, particularmente argentina, es un horizonte inherente a la mentalidad de nuestro Papa que, seguramente, se traducirá en la praxis y en la doctrina petrina.
Sus palabras -en su saludo inaugural- lo ubican en un  lugar explícitamente escogido: “Saben que el deber del Conclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo... Pero estamos aquí”. El Papa del fin del mundo es mucho más que una metáfora. Viene de nuestras latitudes que, para el centro europeo del corazón vaticano, es –ciertamente- los confines del mundo. Es el sur del sur. Que tengamos un Papa de los confines significa que se ubica en las fronteras, en el más allá del espacio conocido y reconocido. Un Papa de los umbrales donde están los que habitan más allá de todo límite humano: los excluidos, los vulnerables, los sufridos, los postergados y los olvidados. El Papa de los confines es el pastor universal de todos los confinados.
El Papa Francisco I es portador de una gracia pastoral inédita para el cristianismo del siglo XXI. Nos regala un lenguaje vital, sapiencial, humano, sencillo y profundo a la vez. Una palabra que empatiza con las problemáticas de los nuevos contextos culturales emergentes. Un Papa con perspectiva pastoral para los conflictos humanos y eclesiales entendiendo que lo pastoral puede llegar a ser una de las mejores políticas. Su palabra no está exenta del gesto, forman una unidad. Se primer gesto pontifical fue inclinarse ante la oración del pueblo creyente antes de impartir su primera bendición papal. El sello mariano de su ministerio ha quedado también unido a ese primer gesto papal.
La singularidad de su nombre pontificio -que no tenía precedentes- abarca lo mejor de todos los santos: la austeridad, la pobreza, la fraternidad, la humildad y la sensibilidad de Francisco de Asís; la apertura misional al mundo y especialmente al Oriente de Francisco Javier; la humildad, el espíritu ignaciano y la actitud de sacrificio del jesuita Francisco de Borja; la misionalidad latinoamericana de Francisco Solano; la sabiduría humanizante y humanizadora de Francisco de Sales, entre otros. El Papa Francisco I tiene algo de cada Francisco y, a la vez, como todos ellos, es singularmente personal.
El Papa Francisco I se lleva lo mejor del Cardenal Jorge Mario Bergoglio para el ministerio de Pedro: sus viajes en el subte de la ciudad de Buenos Aires; sus visitas a la Villa 31; su presencia en las cárceles, su aliento a las escuelas, sus palabras a las enfermos de VIH, su paso por  la Compañía de Jesús de la ciudad de Córdoba; su conversaciones con los cartoneros y las víctimas de la trata; su capacidad de respeto, escucha y cercanía, su actitud conciliadora, su apertura ecuménica, su capacidad de dialogar y de decir las cosas tal como su conciencia lo dictaba y mucho, mucho más que sabemos y también otras que ignoramos.
A nosotros nos toca –en este momento oportuno- hacer un sencillo acto de fe: Francisco I es el Papa que Dios ha querido para transitar con su Iglesia este desafiante milenio que nos sigue retando para navegar mar adentro.

La entronización de Francisco

La ceremonia comenzará a la madrugada, a las 5.30 y será transmitida en directo. Se estima que toda la celebración tendrá una duración de tres horas.



Joven con la compu...

NUEVOS MÉTODOS DE EVANGELIZACIÓN

Dibujos del Padre David Cabral


INICIO DE ESTE PROYECTO

Como docentes y coordinadores de este proyecto institucional estamos felices de generar un espacio tecnológico para compartir con otras instituciones, colegas, familias y alumnos.

"Nos encomendamos a María nuestra Madre protectora" 

Dios te salve, María; 
llena eres de gracia; el Señor es contigo; 
bendita tú eres entre todas las mujeres, 
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, 
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.